lunes, 9 de abril de 2007

amamantar

No tengas miedo de encender la luz,
no es tu cuerpo lo que busco,
no te avergüences de tus pechos tristes
de amamantar tu vida,
como las flores, sólo por un tiempo
entregan su esencia que perfuman el jardín,
como el que tú iluminabas cada día
al entregar tu alma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito poema, estoy contigo en que lo que importa de una persona, no es el físico sino aquello que lleva dentro y que es capaz de dar a los demás sin pedir nada a cambio